Ninguna imagen reconstruye la memoria, trabaja en esos espacios vacíos, amnésicos, y construye otra historia, otra lectura, manipula el vacío para completar nuestro recuerdo, para modelarlo de nuevo, para ser por sí sola y tomar el lugar que alguna vez ocupó la verdad. No podemos cuestionar aquello que no podemos recordar aunque tampoco tenemos porque darlo por cierto. La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia.